Llegó a gobernar Babilonia el rey Darío. También él reconocería como líder al buen Daniel, pero los otros súbditos no querían obedecer a quien oraba constantemente a su Dios.
Y casi obligaron al rey, a fin que dictara una ley que prohibiera orar a Dios. Aquel que lo hiciera, sería arrojado al foso de los leones. Entonces, no tardaron en denunciar a Daniel.
Al recibirla, Darío no Podía retractarse. Condenó a Daniel lo arrojaron al foso y el rey ayunó, sin poder conciliar el sueño, no obstante haberle dicho a Daniel que Yavé lo salvaría.
Al amanecer, el rey acudió al foso, llamó a Daniel y éste le dijo: “Los leones no me hicieron daño porque Dios les cerró la boca”. Daría se sintió feliz porque su Dios lo había salvado.

Bonita reflexion!
ResponderEliminarwaaaoo muy buena la informacion nos enseña que DIOS siempre esta con nosotros.
ResponderEliminarSorprendente!!! sigue asi
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